martes, octubre 24, 2006

Lavado de dinero en la Argentina

Por: ARGENPRESS (Fecha publicación:16/07/2006)

El círculo virtuoso de Alberto Fernández. Consultoras privadas y la convertibilidad de su clan nacido en el despilfarro de los 90. Negocios de familia.


Finalmente, y tal como lo ha venido señalando este medio con suficiente antelación, el embate de un círculo decisorio poderoso ha fructificado en quitar transparencia e independencia al órgano directivo de la Unidad de Información Financiera, al suplantar por ley a los directores elegidos por concurso de oposición y antecedentes, que fueron reemplazados por un presidente y un vice elegidos a voluntad por el Poder Ejecutivo.

Esto ha sucedido luego de incesantes ataques hacia el organismo que, aún asfixiado financieramente, se ha logrado poner en marcha gracias al reconocimiento a la capacidad de los directores por parte de organismos que han arrimado apoyo tales como el Tesoro de España y OEA-CICAD.

Entre esos ataques figuran algunos fallidos, como el proyecto de descabezamiento por medio de uno de los tantos maniqueos decretos de necesidad y urgencia, hacia fines del año pasado, y otros dardos más certeros como el recurrir a paralizar la UIF por parte del ministro de Justicia, Alberto Iribarne, para así precipitar el tratamiento y promulgación de la ley recientemente aprobada por el Senado en una sesión donde la discusión del manejo discrecional del presupuesto nacional concitaba toda la atención y potenciaba el habitual desinterés y desconocimiento de los legisladores en el tema del lavado.

“Habemus ley”

Si bien resta saber quién ocupará esos puestos, hay una serie de elementos que podrían ser indiciarios respecto a los nombres de las personas a designar. Es bien sabido que un integrante de la Secretaría de Política Criminal ha sido designado como coordinador nacional en materia de lavado de activos ante distintos organismos internacionales sin tener la más mínima experiencia en relación con la capacidad técnica de los directores de la UIF, ahora defenestrados, y que fueran elegidos por concurso en base a su idoneidad. Lo cierto es que como especialista en el tema Félix Martheau es un excelente crítico de los proyectos persecutorios del Ing. Blumberg. He ahí el desdoblamiento y la trampa mediática para nombrar a este personaje de incierta capacitación especializada al frente de dicha unidad.

Pero esto por si solo no constituye lo más preocupante si se tiene en cuenta la confianza y el trato que dicho “coordinador” mantiene con la secretaria de Justicia de ese Ministerio Marcela Losardo, que fuera anteriormente Jefa de Asesores del plenipotenciario Jefe de Gabinete kirchnerista, Alberto Fernández. Lo más preocupante radica entonces, en que si nos atenemos a lo expresado en la nota “Jefatura de billetes” de la edición 1541, del 8 de julio, de la revista “Noticias” respecto a la existencia de una consultora supuestamente coordinada por estos funcionarios, tanto la información sensible que maneja la unidad como la imparcialidad de las investigaciones podría verse seriamente comprometida.

Porque el zafarrancho que ha pergeñado la nueva arquitectura del Poder Ejecutivo ha permitido el entrecruzamiento de la esfera pública con apetencias privadas. Es bien sabido que mientras más cerca se encuentren los funcionarios al servicio de la comunidad de empresas contratadas por ellos mismos reina la confusión y enturbia los fines últimos de la política, que en el caso particular de la nueva UIF sería un hijo bastardo: una representación de falsa transparencia de la que no escapa el beneficio de la duda.

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