La intimidación, el miedo y el prejuicio son aliados incondicionales de aquellos que a falta de razones se valen de estos suterfigios en su estrategia para descalificar a quienes los adversan. Los señores del TLC intimidan a sus trabajadores impidiéndoles un verdadero debate sobre éste tema para que en sana consciencia expresen sus opiniones al respecto, faltando así al precepto constitucional de la libertad de expresión. Pero van más allá, de manera sediciosa e inconsulta cuelgan grandes letreros de sus empresas indicando que “En ésta empresa apoyamos el TLC”, como si las consciencias de los trabajadores, también les pertenecieran.
En un verdadero abuso de poder violan el derecho a la privacidad exigiendo listas de familiares a sus “colaboradores” (Universidad, 1718 ), ésta es la democracia que creen y practican. Intentan aterrorizar a sus trabajadores con la amenaza de pérdidas de empleo y salarios decrecientes si no se aprueba el TLC, “ignoran” que 12 años de TLC no ha sido impedimento para que un millón de mexicanos se vean obligados a emigrar anualmente a los Estados Unidos, obvian que a más de un año de firmado el tratado por el resto de los países centroamericanos, Costa Rica ostenta por mucho la mayor inversión extranjera, y que no hubo la fuga masiva de empresas y capitales como lo anunciaron si no se aprobaba “pronto” el TLC. “Desconocen” que empresas de alta tecnología continúan apostando al país y que el desempleo se mantiene como uno de los más bajos de América Latina. El comportamiento de nuestras exportaciones y el crecimiento económico es satisfactorio desde el punto de vista macroeconómico, a pesar de no haber sido aprobado el TLC.
Amenazan ellos, no el gobierno de los Estados Unidos, con la pérdida de los beneficios de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, que es básicamente lo que se consagra en el TLC, e intentan asustar a la gente con la pérdida del principal socio comercial, amenaza que nadie dentro de la administración norteamericana, el congreso o el senado ha sustentado.
Como hijos alineados de la guerra fría, inician una campaña sucia al más burdo estilo reganiano, intentando ligar la oposición al TLC a una supuesta conspiración castro-chavinista, aún a sabiendas del amplio espectro y la diversidad que cobija al No al TLC, donde encontramos expresidentes de la República, a ex – ministros y altos ex funcionarios públicos, dirigentes del PLN, el PUSC, PAC, Frente Amplio, PASE, académicos, ecologistas, dirigentes estudiantiles, comunales, sindicales e iglesias entre otros. Apelan con esto a un desacreditado expediente, tratando vanamente de movilizar viejos prejuicios y temores, subestimando así la inteligencia de éste pueblo.
Los señores del TLC, que hacen un uso instrumental del miedo, retan a sus adversarios y formulan la pregunta, ¿Cuál es el temor a que se apruebe el TLC?. Tal impostura no hace otra cosa más que esconder sus propios temores, tienen miedo a un desarrollo sin el tutelaje de los Estados Unidos y están signados por la ciega obediencia. Temen a la autoafirmación, la independencia y les espanta un desarrollo soberano. Detrás de todas sus argumentaciones, se esconde el horror de que este país camine por sus propios pies sin pedir permiso a quién compró sus consciencias y voluntades, el temor está de su lado.
M.A. Manuel Martínez Herrera
Director
Escuela de Psicología
Universidad de Costa Rica
Número de cédula: 1-0479-0172
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