(Pbro. Ronal Vargas Araya, 20-09-2008)
Amanecí este día sábado con una llamada desde La Cruz: “Padre, me dejó el bus de las 4:30 am; tomaré el de las 5:30 am, espéreme en la parada de Liberia… Y así fue, puntualmente llegué y me estacioné frente a “la venta de los paisas”, en medio del tumulto mañanero de la Ciudad Blanca. Cuando la vi me encandiló, pues la ilusión se dibujaba en el rostro de María Auxiliadora López, líder de las familias de pescadores en Puerto Soley de La Cruz, y no era para menos: iríamos a compartir la realidad de otra comunidad pesquera amenazada por el turismo depredador…bien valía la pena la madrugada.
Mientras nuestro carrito rojo devoraba kilómetros, nosotros hablábamos de la difícil situación de las familias de pescadores, de la creciente corrupción y prostitución política de funcionarios de asociaciones de desarrollo, municipalidades e instituciones públicas, del empobrecimiento generalizado, excepto entre los que trabajan para el Gobierno o en puestos gerenciales del turismo, en fin, del “pan nuestro de cada día en Guanacaste”: “Fíjese padre, mi hija trabajó 15 días en el Hotel…gasté más de 50 mil colones en pasajes y al final sólo le pagaron 36 mil colones y eso que le dieron doble pago por trabajar el fin de semana”. A pesar de todo, la sonrisa contagiosa de Chila seguía brillando.
Atravesamos Filadelfia, doblamos en Belén de Carrillo, pasamos frente a Cartagena de Santa Cruz y por fin llegamos al Parque de Matapalo. La lluvia comenzaba y los gritos de algunos borrachillos terminaban de darle “un aire de lejano oeste” a aquel marginal poblado. Nos quedamos platicando dentro del carro mientras llegaba el resto de la comitiva. En eso se acercó un grupo de vecinos, que por su caminado me hicieron recordar aquellos pistoleros de antaño, y nos preguntaron pesadamente el motivo de nuestra presencia en Matapalo. Creí que eran del “comité de recepción a los invitados”, por eso les contesté: “Nos convidaron algunos vecinos y el ecologista Juan Figuerola de FECON para asistir a una reunión con la comunidad, y aquí estamos puntuales”. Y esas palabras les “ofendieron como una madreada”: “Ustedes no son bienvenidos en este pueblo así que, por su propio bien, váyanse por el camino que los trajo”…
Excelente texto de una historia más donde vemos como la manipulación del despojo, el miedo al "lider" o "casique" crea un ambiente de indefención ante el voraz exceso del capitalismo. Continua aquí “MATAPALO de Santa Cruz y MATAPUEBLOS de Guanacaste”
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