De proceso
juan josé dalton
San Salvador, 22 de enero (apro).- En El Salvador se celebró, entre el 12 y el 14 de enero pasados, el XIII Foro de Sao Paulo. Reunió a más de 60 organizaciones políticas y movimientos populares de una diversa gama de la izquierda latinoamericana.
“Desde la fundación de este foro político, en 1990, apreciamos que hemos pasado en Latinoamérica de la resistencia a la ofensiva contra el neoliberalismo como modelo imperialista”, dijo a Apro Medardo González, coordinador general del salvadoreño Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido anfitrión del evento.
Y la realidad parece confirmar dicha tesis. En 1990, el legendario dirigente obrero brasileño, Inacio “Lula” da Silva, creó el Foro de Sao Paulo, como una plataforma de debate sobre el futuro de las izquierdas en la región, algunas de las cuales habían quedado “huérfanas” a causa de la caída del Muro de Berlín, como símbolo del derrumbe del campo socialista.
Además, las corrientes pro-cubanas y los movimientos armados de tendencia guevarista resintieron la crisis en que entró Cuba; la socialdemocracia europea también estaba en reflujo. El neoliberalismo se enseñorió en Latinoamérica. Paradójica y paralelamente sucumbieron las dictaduras militares y se abrió paso la lucha electoral en procesos democráticos nacientes, como los de Centroamérica que, con la excepción de Costa Rica, nunca hubo democracias hasta después de la década de 1990.
“En la actualidad vemos que hemos pasado de la resistencia, de las formulaciones, a la ofensiva para derrotar al neoliberalismo, lo que no quiere decir que haya dejado de ser el modelo imperante. Igualmente hemos entrado a una etapa de acumulación favorable en el continente para las izquierdas. Esto es una realidad que estamos viviendo. Se expresa en los movimientos sociales y en las luchas políticas electorales”, señaló González, quien en la guerra civil salvadoreña fue conocido como “Comandante Milton Méndez”.
Después de más de 15 años del derrumbe del bloque socialista europeo y el colapso de la URSS, el panorama para la izquierda en el continente parece alentador: el régimen cubano sobrevivió; “Lula” da Silva y Hugo Chávez lograron la reelección presidencial en sus respectivos países, aunque cada uno con diferentes proyectos sociales y políticos. En Haití, Bolivia, Uruguay, Ecuador y Nicaragua triunfaron movimientos pertenecientes al Foro de Sao Paulo. Mientras, Chile, Perú, Panamá y Costa Rica se mantienen y han triunfado corrientes de corte socialdemócratas. En el caso de Honduras triunfó una derecha moderada y Guatemala se perfila hacia el triunfo de un partido socialdemócrata e indigenista.
González reconoció que, en las décadas posteriores a la revolución cubana y en el marco de la guerra fría y en mundo bipolar, la lucha guerrillera cobró auge, aunque esto se impuso por la acción de las dictaduras, las oligarquías y el imperialismo. La lucha armada, sin embargo, no fue exitosa. La única revolución triunfante después de la cubana fue la nicaragüense, que luego expiró en un proceso electoral en 1990.
“La lucha guerrillera fue prácticamente impuesta. En el caso salvadoreño fueron incontables los golpes de Estado y los fraudes electorales. Así que nuestra lucha armada propició la apertura democrática en El Salvador”, acotó González.
Pero la lucha armada salvadoreña también aportó de manera consistente al proceso de resolución de conflictos a nivel internacional. Alvaro de Soto, uno de los jefes de misiones de Paz de la ONU, reconoció que el proceso negociador en El Salvador y la verificación del cumplimiento de los acuerdos fueron la base para el establecimiento de programas que antes no existían en las concepciones de la ONU.
Perspectivas salvadoreñas
Casi al unísono de la celebración del Foro de Sao Paulo, en San Salvador se conmemoraban los primeros 15 años de establecida la paz, que logró modificar a esta nación salvadoreña: liquidó la dictadura militar; depuró, redujo al ejército y lo puso bajo el mando político civil; desmovilizó el aparato militar de la guerrilla y la convirtió en partido político.
No obstante, el tránsito democrático lo ha guiado la derecha y la clase empresarial, a través de su partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
“En El Salvador el neoliberalismo ha significado privatizaciones, abandono del agro y la industria. La gente está desesperanzada y no encuentra más solución que emigrar. Con más de 3 mil 300 millones de dólares anuales los inmigrantes en Estados Unidos mantienen a sus familias y a esta economía que ha provocado pobreza profunda a la mayoría de la población, así como a los sectores empresariales (pequeños, medianos y grandes)”, advirtió el exguerrillero.
La exguerrilla del FMLN ha sido medianamente exitosa en los procesos electorales. Aunque ha perdido tres elecciones presidenciales, en los comicios intermedios --para diputados y alcaldes-- ha tenido destacadas victorias: casi diez años de gobernar la capital, San Salvador, y la mayoría de sus municipios de sus alrededores, así como de la mayoría de las capitales provinciales.
“Hoy estamos en mejor momento. Existe una secuencia de triunfos de izquierda en Latinoamérica y el neoliberalismo está retrocediendo. Los gobiernos de izquierda se reeligen porque están siendo efectivos. Quiere decir que este movimiento puede ir en desarrollo”, explicó González.
Añadió: “No lo hemos dicho explícitamente, pero nuestro análisis para El Salvador nos confirma que aquí lo que se necesita es un gobierno de salvación nacional, que sea amplio y de unidad de todos los sectores perjudicados con las políticas neoliberales y ortodoxas de ARENA. Nuestro partido pondrá a disposición todas sus fuerzas, voluntades y energías para que aquí derrotemos también al neoliberalismo”.
El neoliberalismo en El Salvador ha implicado la privatización de la banca --que luego de privatizada ahora ha sido vendida a bancos internacionales con predominio del CITIGROUP--; venta de las telecomunicaciones; la distribución eléctrica, y los fondos de pensiones. Los cuatro gobiernos de ARENA han querido convertir a El Salvador en una plataforma de servicios y, como consecuencia de ello, se abandonó la agricultura y la industria, a causa de lo cual el desempleo cunde y 700 salvadoreños huyen diariamente hacia Estados Unidos en busca de trabajo y bienestar social.
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