Es titular de la STPS en el Estado miembro activo
Álvaro Delgado expuso que la llegada de dicha agrupación ultraderechista a la administración pública del Estado coincide con el arribo del PANa la Gubernatura en 1989
Por Fausto Ovalle
La Organización Nacional del Yunque, encargada de implantar el Reino de Dios y de perseguir a las personas que representan la fuerza de Satanás: Judíos, masones y comunistas, no es ajena a Baja California.
Existen funcionarios y ex funcionarios públicos estatales que pertenecen a esta secta secreta de ultraderecha, aseguró Álvaro Delgado, periodista de Proceso.
Algunos de los nombres, señaló, son Rafael Ayala López; secretario de Trabajo y Previsión Social, el ex diputado federal José Ricardo Fernández Candia y el ex director del DIF estatal, Marco Antonio Esponda Gaxiola.
Indicó que la presencia de miembros del Yunque en cargos públicos coincide con la llega del Partido Acción Nacional (PAN) al Gobierno del Estado, en 1989.
Creada en los años cincuenta del siglo XX, la secta de ultraderecha, continuó, atenta contra la trayectoria democrática del PAN, porque es una institución que tiene controlada, y además, su influencia en cargos públicos, pone en riesgo el respeto de los derechos de todos los ciudadanos.
La influencia de la organización, que cuenta con diputados, regidores y funcionarios en los tres órdenes de Gobierno, fue revelada por Álvaro Delgado en su libro “El Yunque. La ultraderecha en el poder”, lo que le hizo merecedor del Premio Nacional de Periodismo en el 2003.
Su investigación recibió críticas de miembros de la secta. Su respuesta es la publicación de “El ejército de Dios”, título que será presentado hoy en la Feria del libro de Tijuana.
En entrevista con Frontera, que a continuación se transcribe, destaca: “Yo soy periodista cuyo único propósito es difundir asuntos de interés público. Este, sobre el Yunque, es uno de ellos”.
¿Qué es la Organización Nacional del Yunque?
Se trata de una organización que surgió en Guadalajara, bajo el patrocinio de los Tecos, en la Universidad Autónoma de Guadalajara, y que se asentó en el estado de Puebla. A partir de ahí, en la década de los cincuenta, comenzó a expandirse por todo el territorio mexicano. Es una organización que surgió en contra del comunismo, en contra de quienes, a su juicio, eran y son enemigos de la religión católica, es decir comunistas, liberales, masones, judíos. Desde entonces éstos son sus propósitos: Combatir una supuesta conspiración entre judíos, masones, comunistas, pero desde el secreto.
Esta organización extremista tiene un expediente de violencia, debidamente documentado y que en mis dos libros reseño. Es una organización que busca implantar en México el Reino de Dios, algo que para quienes tenemos educación católica puede resultar hasta atractivo, pero no se debe perder de vista que a México le ha costado sangre la separación entre la religión y la política. Lo que “El Yunque” pretende es un régimen teocrático en el que la Iglesia Católica sea protagonista.
Se trata de una organización que impone a sus militantes un juramento para que ante Dios se asuma el compromiso de no revelar a nadie fuera de la organización detalles sobre la misma. A los militantes se les entrena ideológica y militarmente para combatir a los enemigos que ya mencioné. En ese sentido, durante décadas, han cometido numerosas fechorías, debidamente documentadas.
En sus orígenes, “El Yunque” estuvo aliado al PRI y consideraba al PAN un partido insignificante y que era un tonto útil del régimen, de hecho ellos aplaudieron la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968. Sólo hasta que Echeverría asumió la Presidencia es que decidieron infiltrar y apoderarse del PAN, tal como lo han logrado desde que Luis Felipe Bravo Mena presidió este partido.
En su primer libro “El Yunque. La ultraderecha en el poder”, usted revela que una de las entidades donde tiene una presencia importante la secta es Baja California.
Efectivamente, esta organización secreta opera en todo el País y tiene una presencia importante en Baja California. Sobre todo se hizo muy evidente a partir del triunfo del Partido Acción Nacional (PAN) en las elecciones de 1989. En ese entonces, sin embargo, no se sabía la existencia de tal organización.
Yo escribí en mi primer libro los nombres de varios militantes del PAN y de servidores públicos que forman parte de la Organización Nacional del Yunque. Entre ellos se encuentran, Rafael Ayala López, un personaje que tiene sus orígenes en el Estado de Sonora. Escribí también de José Ricardo Fernández Candia y de Marco Antonio Esponda Gaxiola, un personaje que es hermano del ex presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia, Ricardo Esponda.
Pero como ellos hay numerosos militantes de esta organización de extrema derecha que se infiltraron al PAN y lograron tomarlo por asalto, no sólo en el Estado de Baja California, sino a nivel nacional. Tal como lo he escrito tanto en “El Yunque. La ultraderecha en el poder” como en el “Ejército de Dios”, el actual presidente del PAN, Manuel Espino, forma parte de esta organización secreta, igual que su antecesor Luis Felipe Bravo Mena.
De manera que en Baja California, como en el resto del País, la presencia de militantes de “El Yunque” puede contarse por miles. Esto es un asunto que la sociedad mexicana y específicamente la de Baja California, tiene derecho a saber.
¿Cuáles son las consecuencias que una secta secreta, con una peculiar visión de mundo, tenga acceso a cargos públicos importantes?
En algún momento se pudo explicar la existencia de organizaciones secretas, debido a la cerrazón del régimen político, a la persecución de los católicos, al riesgo de que se instaurara en México un régimen comunista. Hoy no tiene ningún sentido. En un régimen de libertades, como el que los mexicanos, de todas las corrientes ideológicas, han contribuido a edificar, lo procedente es que se actúe de manera abierta, de manera pública, de manera transparente. Eso es exactamente lo que no quieren los militantes de “El Yunque”. El riesgo, en este sentido, es por una parte que se apoderen de un partido político como el PAN, de acreditada trayectoria democrática y lo perviertan. Por otra parte, que mantengan los militantes de esta organización una justificación ideológica para perseguir y hostigar a quienes ellos consideran fuerzas de Satanás. Cualquier persona que no comparte ese proyecto es en automático considerada judía, masona o comunista, así se trate de expresiones liberales como las que ha habido en el PAN.
Pero además el riesgo que también existe, en un contexto como el que vivimos en México, es que se traicione el proyecto democrático del PAN. Sin duda el PAN de hoy nada tiene que ver al de su fundación, ni siquiera al de la década de los setenta, es un partido pervertido por “El Yunque”. A tal punto que muchos servidores públicos a nivel federal o al nivel de los estados, como Baja California, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro, Jalisco, están en esos cargos no por su aptitud sino por pertenecer a esa organización y eso también es corrupción. El asignar cargos sin la debida preparación a personajes solamente porque pertenecen a una organización secreta es, sin duda, un acto de deshonestidad clara.
Pero además, otro de los riesgos es, como lo conocimos todos en el País, el que pretenden imponer a la sociedad su muy especial visión del mundo. El caso Paulina es claro en este sentido, servidores públicos coludidos para evitar que una joven, que había sido víctima de una violación, pudiera ejercer un derecho que consagra la ley para abortar. En vez de garantizar este derecho a la joven, se recurrió a todas las acciones que ordena “El Yunque” para evitarlo. Para eso, tanto servidores públicos como el Comité Nacional Pro Vida, que es un órgano de fachada de “El Yunque”, operaron.
Tenemos conocimiento que ha recibido amenazas por la publicación de sus libros, en especial del primero. ¿Viaja tranquilo a las diferentes entidades del País donde va a presentarlos?
Yo soy periodista, cuyo único propósito es difundir asuntos de interés público. Éste, sobre “El Yunque”, es uno de ellos. Del mismo modo que he abordado estos asuntos, he abordado otros. Yo soy un periodista, no soy político ni polemista. La labor del periodista es hacer público lo oculto y este caso lo es.
Por supuesto, los miembros de “El Yunque” han enfurecido por darse a conocer, desde mi primer libro “El Yunque. La ultraderecha en el poder”, información que ellos habían mantenido oculta durante medio siglo. Al respecto por supuesto es que ha habido actos de intimidación, pero la mejor respuesta a eso fue mi segundo libro.
En ese sentido, yo estoy también sujeto al escrutinio, si hay personas que consideran que lo escrito en mis libros es erróneo están en su derecho de podérmelo hacer saber. Pero hasta el momento ningún dato ha sido desmentido, por una sola razón, porque en lo que en mis libros he escrito es lo cierto. Es más para quienes todavía tenían dudas de que “El Yunque” no es un mito ni un mote fue que escribí un segundo libro y en este segundo libro, “El ejército de Dios”, hablan los militantes de “El Yunque”. Entrevisto a fundadores y jóvenes recientemente afiliados, y no queda ninguna duda que esto existe. Hablan por ejemplo fundadores como Manuel Díaz Cid, que fue el segundo presidente de un organismo de fachada de “El Yunque”, el Frente Universitario Anticomunista de Puebla. Habla también otro de los fundadores, Luciano Ruiz Chávez, quien fundó “El Yunque” en Guanajuato. Habla también otro de los fundadores, Eduardo García Suárez, quien infiltró “El Yunque” en los organismos empresariales, particularmente Coparmex y Concanaco. Hablan también otros personajes de organismos de fachada de “El Yunque”, como el segundo del presidente del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO), Fernando Baños Urtijo y habla también Jorge Serrano Limón, presidente de Pro Vida, entre otros personajes. De manera que lo que está en mis dos libros es estrictamente información. En ninguno de los dos libros, yo critico, salvo de manera breve en la introducción. Pero todo lo que escribo es información.
Estoy tranquilo porque mi trabajo es profesional, es riguroso y sin ningún otro propósito que no sea informar a la sociedad que tiene derecho a saber.
Existen funcionarios y ex funcionarios públicos estatales que pertenecen a esta secta secreta de ultraderecha, aseguró Álvaro Delgado, periodista de Proceso.
Algunos de los nombres, señaló, son Rafael Ayala López; secretario de Trabajo y Previsión Social, el ex diputado federal José Ricardo Fernández Candia y el ex director del DIF estatal, Marco Antonio Esponda Gaxiola.
Indicó que la presencia de miembros del Yunque en cargos públicos coincide con la llega del Partido Acción Nacional (PAN) al Gobierno del Estado, en 1989.
Creada en los años cincuenta del siglo XX, la secta de ultraderecha, continuó, atenta contra la trayectoria democrática del PAN, porque es una institución que tiene controlada, y además, su influencia en cargos públicos, pone en riesgo el respeto de los derechos de todos los ciudadanos.
La influencia de la organización, que cuenta con diputados, regidores y funcionarios en los tres órdenes de Gobierno, fue revelada por Álvaro Delgado en su libro “El Yunque. La ultraderecha en el poder”, lo que le hizo merecedor del Premio Nacional de Periodismo en el 2003.
Su investigación recibió críticas de miembros de la secta. Su respuesta es la publicación de “El ejército de Dios”, título que será presentado hoy en la Feria del libro de Tijuana.
En entrevista con Frontera, que a continuación se transcribe, destaca: “Yo soy periodista cuyo único propósito es difundir asuntos de interés público. Este, sobre el Yunque, es uno de ellos”.
¿Qué es la Organización Nacional del Yunque?
Se trata de una organización que surgió en Guadalajara, bajo el patrocinio de los Tecos, en la Universidad Autónoma de Guadalajara, y que se asentó en el estado de Puebla. A partir de ahí, en la década de los cincuenta, comenzó a expandirse por todo el territorio mexicano. Es una organización que surgió en contra del comunismo, en contra de quienes, a su juicio, eran y son enemigos de la religión católica, es decir comunistas, liberales, masones, judíos. Desde entonces éstos son sus propósitos: Combatir una supuesta conspiración entre judíos, masones, comunistas, pero desde el secreto.
Esta organización extremista tiene un expediente de violencia, debidamente documentado y que en mis dos libros reseño. Es una organización que busca implantar en México el Reino de Dios, algo que para quienes tenemos educación católica puede resultar hasta atractivo, pero no se debe perder de vista que a México le ha costado sangre la separación entre la religión y la política. Lo que “El Yunque” pretende es un régimen teocrático en el que la Iglesia Católica sea protagonista.
Se trata de una organización que impone a sus militantes un juramento para que ante Dios se asuma el compromiso de no revelar a nadie fuera de la organización detalles sobre la misma. A los militantes se les entrena ideológica y militarmente para combatir a los enemigos que ya mencioné. En ese sentido, durante décadas, han cometido numerosas fechorías, debidamente documentadas.
En sus orígenes, “El Yunque” estuvo aliado al PRI y consideraba al PAN un partido insignificante y que era un tonto útil del régimen, de hecho ellos aplaudieron la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968. Sólo hasta que Echeverría asumió la Presidencia es que decidieron infiltrar y apoderarse del PAN, tal como lo han logrado desde que Luis Felipe Bravo Mena presidió este partido.
En su primer libro “El Yunque. La ultraderecha en el poder”, usted revela que una de las entidades donde tiene una presencia importante la secta es Baja California.
Efectivamente, esta organización secreta opera en todo el País y tiene una presencia importante en Baja California. Sobre todo se hizo muy evidente a partir del triunfo del Partido Acción Nacional (PAN) en las elecciones de 1989. En ese entonces, sin embargo, no se sabía la existencia de tal organización.
Yo escribí en mi primer libro los nombres de varios militantes del PAN y de servidores públicos que forman parte de la Organización Nacional del Yunque. Entre ellos se encuentran, Rafael Ayala López, un personaje que tiene sus orígenes en el Estado de Sonora. Escribí también de José Ricardo Fernández Candia y de Marco Antonio Esponda Gaxiola, un personaje que es hermano del ex presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia, Ricardo Esponda.
Pero como ellos hay numerosos militantes de esta organización de extrema derecha que se infiltraron al PAN y lograron tomarlo por asalto, no sólo en el Estado de Baja California, sino a nivel nacional. Tal como lo he escrito tanto en “El Yunque. La ultraderecha en el poder” como en el “Ejército de Dios”, el actual presidente del PAN, Manuel Espino, forma parte de esta organización secreta, igual que su antecesor Luis Felipe Bravo Mena.
De manera que en Baja California, como en el resto del País, la presencia de militantes de “El Yunque” puede contarse por miles. Esto es un asunto que la sociedad mexicana y específicamente la de Baja California, tiene derecho a saber.
¿Cuáles son las consecuencias que una secta secreta, con una peculiar visión de mundo, tenga acceso a cargos públicos importantes?
En algún momento se pudo explicar la existencia de organizaciones secretas, debido a la cerrazón del régimen político, a la persecución de los católicos, al riesgo de que se instaurara en México un régimen comunista. Hoy no tiene ningún sentido. En un régimen de libertades, como el que los mexicanos, de todas las corrientes ideológicas, han contribuido a edificar, lo procedente es que se actúe de manera abierta, de manera pública, de manera transparente. Eso es exactamente lo que no quieren los militantes de “El Yunque”. El riesgo, en este sentido, es por una parte que se apoderen de un partido político como el PAN, de acreditada trayectoria democrática y lo perviertan. Por otra parte, que mantengan los militantes de esta organización una justificación ideológica para perseguir y hostigar a quienes ellos consideran fuerzas de Satanás. Cualquier persona que no comparte ese proyecto es en automático considerada judía, masona o comunista, así se trate de expresiones liberales como las que ha habido en el PAN.
Pero además el riesgo que también existe, en un contexto como el que vivimos en México, es que se traicione el proyecto democrático del PAN. Sin duda el PAN de hoy nada tiene que ver al de su fundación, ni siquiera al de la década de los setenta, es un partido pervertido por “El Yunque”. A tal punto que muchos servidores públicos a nivel federal o al nivel de los estados, como Baja California, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro, Jalisco, están en esos cargos no por su aptitud sino por pertenecer a esa organización y eso también es corrupción. El asignar cargos sin la debida preparación a personajes solamente porque pertenecen a una organización secreta es, sin duda, un acto de deshonestidad clara.
Pero además, otro de los riesgos es, como lo conocimos todos en el País, el que pretenden imponer a la sociedad su muy especial visión del mundo. El caso Paulina es claro en este sentido, servidores públicos coludidos para evitar que una joven, que había sido víctima de una violación, pudiera ejercer un derecho que consagra la ley para abortar. En vez de garantizar este derecho a la joven, se recurrió a todas las acciones que ordena “El Yunque” para evitarlo. Para eso, tanto servidores públicos como el Comité Nacional Pro Vida, que es un órgano de fachada de “El Yunque”, operaron.
Tenemos conocimiento que ha recibido amenazas por la publicación de sus libros, en especial del primero. ¿Viaja tranquilo a las diferentes entidades del País donde va a presentarlos?
Yo soy periodista, cuyo único propósito es difundir asuntos de interés público. Éste, sobre “El Yunque”, es uno de ellos. Del mismo modo que he abordado estos asuntos, he abordado otros. Yo soy un periodista, no soy político ni polemista. La labor del periodista es hacer público lo oculto y este caso lo es.
Por supuesto, los miembros de “El Yunque” han enfurecido por darse a conocer, desde mi primer libro “El Yunque. La ultraderecha en el poder”, información que ellos habían mantenido oculta durante medio siglo. Al respecto por supuesto es que ha habido actos de intimidación, pero la mejor respuesta a eso fue mi segundo libro.
En ese sentido, yo estoy también sujeto al escrutinio, si hay personas que consideran que lo escrito en mis libros es erróneo están en su derecho de podérmelo hacer saber. Pero hasta el momento ningún dato ha sido desmentido, por una sola razón, porque en lo que en mis libros he escrito es lo cierto. Es más para quienes todavía tenían dudas de que “El Yunque” no es un mito ni un mote fue que escribí un segundo libro y en este segundo libro, “El ejército de Dios”, hablan los militantes de “El Yunque”. Entrevisto a fundadores y jóvenes recientemente afiliados, y no queda ninguna duda que esto existe. Hablan por ejemplo fundadores como Manuel Díaz Cid, que fue el segundo presidente de un organismo de fachada de “El Yunque”, el Frente Universitario Anticomunista de Puebla. Habla también otro de los fundadores, Luciano Ruiz Chávez, quien fundó “El Yunque” en Guanajuato. Habla también otro de los fundadores, Eduardo García Suárez, quien infiltró “El Yunque” en los organismos empresariales, particularmente Coparmex y Concanaco. Hablan también otros personajes de organismos de fachada de “El Yunque”, como el segundo del presidente del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO), Fernando Baños Urtijo y habla también Jorge Serrano Limón, presidente de Pro Vida, entre otros personajes. De manera que lo que está en mis dos libros es estrictamente información. En ninguno de los dos libros, yo critico, salvo de manera breve en la introducción. Pero todo lo que escribo es información.
Estoy tranquilo porque mi trabajo es profesional, es riguroso y sin ningún otro propósito que no sea informar a la sociedad que tiene derecho a saber.
gaboenrebelion
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